domingo, 9 de enero de 2011

desayuno

Desayuno

Le Puso dos cucharas de azúcar al café
Lo revolvió mientras miraba hojeaba el diario-
Se sirvió dos tostadas con queso descremado con un poco de mermelada de frutillas.
Fue a abrir la ventana así entraba un poco de sol ya que de paso hacia juego con los temas de los Beatles que estaban sonando,
le dio de comer a la gata un poquito de piedritas y un poquito de mendicrin porque le gustaba mucho a la misha
Regó las dos plantitas del pequeño departamento
Paso frente al espejo y se río de su falta de cabello
En realidad no le hizo ninguna gracia. Como tantas cosas que ya no le hacían gracia.
Sonó el celular, era su hija que le recordaba que fuera a buscar a sus chicos al colegio
Le dijo todo que si pero no la estaba escuchando…
Miro La biblioteca que estaba muy sucia y la quiso limpiar, y ahí cayo ese puto libro rojo que tenia medio escondido
Y antes sus ojos se desparramaron las hojas con la última carta de ella que se abrió totalmente burlándose de el
Se agacho para guardar todo como quien guarda un tesoro.
No quiso leerla, para que si recordaba cada palabra y eso que habían pasado tantísimos años
Y nada, la recordaba de manera tan clara como la recordaba a ella.
Intento seguir con la ceremonia del día Pero apago de mala gana la compu con las canciones
Esos repasadores de mierda que siempre están sucios
Y dejo sin levantar las cosas de la mesa…
Esa carta era una despedida, una despedida que el nunca espero
Y como muchas cosas en la vida, llegan de golpe sin aviso, sin prepararte
Y con esa carta desapareció lo que hasta ahí era su mundo, dejo de serlo, dejo de existir
Ni que hablar de todo lo que se quedo sin decirle, sin besarla sin saber más de ella
Para dejarle solamente esa sensación horrible que nunca termino de irse del todo.
Pensó a cuanta gente le pasa lo mismo que de golpe se queda sin nada y sin saber como se sigue
Y siguen, y a veces cosas mucho peores que lo que le sucedió a el, Y entonces no debía tomarlo tan terriblemente
Cerró la puerta Tomo el ascensor
Salio a la calle, Busco el auto
Lo abrió, puso las llaves, le dio arranque
Apoyo la cabeza en el volante y comenzó a llorar desconsoladamente
Igual igual, que aquel día que recibió esa carta

No hay comentarios:

Publicar un comentario