miércoles, 19 de julio de 2017

un cuento de estrellas

Un cuento de estrellas

Todas las noches el guardián del cielo Sale a encender las estrellas.
Tiene un sobretodo largo, un sombrero y una linterna.
Siempre, siempre, desde el principio de los tiempos hace la misma tarea.
Solo una vez se sabe en toda la eternidad que, en un lugar muy lejano, en alguna galaxia que ya nadie recuerda, descubrió que quedaba una estrella sin encender  nunca
Busco en los biblioratos reviso los cajones y pensó que habría un error, pero no, sin lugar a dudas había una de ellas que no se prendía.
Todas las noches el guardián salía a buscarla, pero no había caso
La estrellita siempre se le escapaba…
 Paso el tiempo, hasta que un Día se encontró con una supernova,  que la conocía.
 -Claro que se quien es, dijo la estrella anciana, es esa estrellita sin importancia que siempre anda sola y acomplejada; nada importante, y siguió brillando sin prestar demasiada atención.
El anciano, se rasco la barba y busco una solución. No era posible que una Estella no quiera iluminar.
Una de esas noches en su recorrida habitual, andaba por los pasillos, con su linterna y como de costumbre, ella se escondió cuando escucho sus pasos y espero que  pase para que no la descubra,
Pero esta vez el guardián  volvió por los pasillos en punta de pie y la encontró en su escondite mirando el cielo.
La estrella quedo aterrada y comenzó a gritar que  por favor no le hiciera nada, que no la sacara de allí, que ella no podía brillar, que no podía, que no tenia la suficiente fuerza, que no era tan linda como las demás, que no podía, y no podía, y que la aterraba ser distinta,
El  guardián se apiado y la calmo diciéndole que no se asustara que no pensara hacerle daño, pero realmente no entendía la situación de que una estrella no quisiera brillar, asi que le regalo unos caramelos que siempre traía en su sobretodo, y la llevo en su trabajo de encender estrellas.
De a poquito  fue entrando en confianza, y cada vez que el le daba caramelos, ella sentía pequeños  destellos azules.
El viejo que tenia muchos años en esto no dijo nada, solo dejo que mirara los cometas, los eclipses y  todas la cosas que había en el universo, Bueno si casi todas.
Vieron estrellas enormes, pequeñas, rojas, azules, nuevas, viejas .que brillaban  mucho, que brillaban poco; Todas eran únicas e irrepetibles, y que en verdad no  importaba demasiado como se era , ni que tan grande , ni que tan bello , ni que tan importante, lo verdaderamente importante era la majestuosidad del cielo.
Nuestra amiga iba venciendo sus miedos, y teniendo más luz a medida pasaba la noche.
Conoció  estrellas gordas, otras que no les alcanzaba la plata, o se llevaban mal con sus maridos. Estrellas enanas, y estrellas estresadas Pero  a la hora de brillar todas lo hacían con todas sus fuerzas, porque nada peor que Rechazar el don que les había sido dado.
La estrellita al final tomada por la curiosidad asomo un momento y pudo ver la tierra, vio  personas que escribían cartas inspirados por ellas, a los marinos que las usaban de guía, los chicos que aprendían sus nombres,
o simplemente la gente  que salía a pasear bajo su luz.
Al final termino exausta y se quedo dormida iluminando su habitación,
Ya se había hecho de mañana y estaba muerta de cansancio...

Todas las noches el guardián del cielo, sale a encender las estrellas.
Tiene un sobretodo largo, un sombrero y una linterna.

Eso si, nunca se olvida de llevar caramelos.

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