Un
cuento de estrellas
Todas
las noches el guardián del cielo Sale a encender las estrellas.
Tiene
un sobretodo largo, un sombrero y una linterna.
Siempre,
siempre, desde el principio de los tiempos hace la misma tarea.
Solo
una vez se sabe en toda la eternidad que, en un lugar muy lejano, en alguna
galaxia que ya nadie recuerda, descubrió que quedaba una estrella sin encender nunca
Busco
en los biblioratos reviso los cajones y pensó que habría un error, pero no, sin
lugar a dudas había una de ellas que no se prendía.
Todas
las noches el guardián salía a buscarla, pero no había caso
La
estrellita siempre se le escapaba…
Paso el tiempo, hasta que un Día se encontró
con una supernova, que la conocía.
-Claro que se quien es, dijo la estrella anciana,
es esa estrellita sin importancia que siempre anda sola y acomplejada; nada importante,
y siguió brillando sin prestar demasiada atención.
El
anciano, se rasco la barba y busco una solución. No era posible que una Estella
no quiera iluminar.
Una
de esas noches en su recorrida habitual, andaba por los pasillos, con su
linterna y como de costumbre, ella se escondió cuando escucho sus pasos y
espero que pase para que no la descubra,
Pero
esta vez el guardián volvió por los
pasillos en punta de pie y la encontró en su escondite mirando el cielo.
La
estrella quedo aterrada y comenzó a gritar que
por favor no le hiciera nada, que no la sacara de allí, que ella no podía
brillar, que no podía, que no tenia la suficiente fuerza, que no era tan linda
como las demás, que no podía, y no podía, y que la aterraba ser distinta,
El guardián se apiado y la calmo diciéndole que
no se asustara que no pensara hacerle daño, pero realmente no entendía la situación
de que una estrella no quisiera brillar, asi que le regalo unos caramelos que
siempre traía en su sobretodo, y la llevo en su trabajo de encender estrellas.
De
a poquito fue entrando en confianza, y
cada vez que el le daba caramelos, ella sentía pequeños destellos azules.
El
viejo que tenia muchos años en esto no dijo nada, solo dejo que mirara los cometas,
los eclipses y todas la cosas que había
en el universo, Bueno si casi todas.
Vieron
estrellas enormes, pequeñas, rojas, azules, nuevas, viejas .que brillaban mucho, que brillaban poco; Todas eran únicas
e irrepetibles, y que en verdad no importaba demasiado como se era , ni que tan
grande , ni que tan bello , ni que tan importante, lo verdaderamente importante
era la majestuosidad del cielo.
Nuestra
amiga iba venciendo sus miedos, y teniendo más luz a medida pasaba la noche.
Conoció estrellas gordas, otras que no les alcanzaba
la plata, o se llevaban mal con sus maridos. Estrellas enanas, y estrellas
estresadas Pero a la hora de brillar
todas lo hacían con todas sus fuerzas, porque nada peor que Rechazar el don que
les había sido dado.
La
estrellita al final tomada por la curiosidad asomo un momento y pudo ver la
tierra, vio personas que escribían
cartas inspirados por ellas, a los marinos que las usaban de guía, los chicos
que aprendían sus nombres,
o
simplemente la gente que salía a pasear
bajo su luz.
Al
final termino exausta y se quedo dormida iluminando su habitación,
Ya
se había hecho de mañana y estaba muerta de cansancio...
Todas
las noches el guardián del cielo, sale a encender las estrellas.
Tiene
un sobretodo largo, un sombrero y una linterna.
Eso
si, nunca se olvida de llevar caramelos.
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